Pedagogía Informacional: Enseñar a aprender en la Sociedad del Conocimiento

Oscar Picardo Joao (1)
Investigador educativo, Director Académico de la UFG (El Salvador).

Resumen

El presente artículo aborda una trilogía de ideas y reflexiones en torno al tópico “Pedagogía Informacional”, intentando plantear una nueva hipótesis educativa ante la sociedad del conocimiento; en la primera parte, se proponen las discusiones de los escenarios educativos actuales; en la segunda parte, una reflexión más densa sobre un modelo pedagógico alternativo: “Pedagogía Informacional”; y se cierra con la tercera parte presentando algunas incidencias de la propuesta pedagógica en el ámbito educativo.


Tomando en cuenta que el currículum debe responder a tres preguntas fundamentales: ¿qué se aprende?, ¿cómo se aprende?, y ¿cuál es el entorno de aprendizaje?, y a la vez debe considerar factores condicionantes (social, histórico, económico, político, filosófico y científico) y condiciones sustanciales (antropológica, epistemológica, psicológica, biológica), se puede llegar a definir un conjunto de fundamentos curriculares que sustentan un modelo innovador llamado “Modelo Curricular para la Sociedad del Conocimiento”, el cual tiene como centro a la colectividad –o redes- de estudiantes, quienes están circunstancialmente condicionados por el uso de NTIC, la información y el conocimiento, factores que articulan con la realidad global en todas sus expresiones.

En este contexto, la definición curricular puede tomar en cuenta cuatro importantes factores, asociados entre sí e interrelacionados dinámicamente:

• El aprendizaje centrado en las redes de estudiantes;
• La información como fuente del aprendizaje;
• El conocimiento como punto de llegada y punto de partida;
• Las NTIC como medio o instrumento articulador, entre todo lo anterior.

Escuela: ¿Cómo concebir el centro escolar ante la pedagogía informacional?; ante todo, como una “comunidad de aprendizaje” –o en aprendizaje-, es decir organizada en equipos de trabajo, que permitan administrar y mediar la sobrecarga de información existente, no sólo a nivel de ciencia, sino toda la información que puede generar un valor agregado en el proceso de enseñanza aprendizaje.

En este contexto, la escuela debe transformarse en un “centro de acopio informacional”, y debe destinar un espacio central -¿la biblioteca?- como depósito y fuente de información, que se articule con el docente, con los estudiantes y con el aula. En este contexto, y desde esta perspectiva, el liderazgo de la dirección para orientar el curso informacional y para exigir o evaluar la producción de información local es de vital importancia; porque, en efecto, no se trata solamente de recibir y administrar información, sino también de crear o producir nueva información como principal producto del quehacer educativo local; dicho de otro modo, “interactuar” informacionalmente con el entorno, con las fuentes documentales, con las ciencias, y con los medios de información, en una relación dialógica, que implique recibir y producir información, lo que exigirá crear en la escuela una “info-estructura”, o una plataforma informacional. Si no hay producción de información, la escuela se transforma en un ente mimético que reduplica o repite un saber ante el cual se desconoce su origen, y esto es sinónimo de pobreza, subdesarrollo y exclusión.

Docente y el estudiante: El docente, ante la pedagogía informacional se debe transformar en un “pedagogo investigador”, quien debe propiciar aprendizajes significativos en una verdadera mediación entre: 1) la experiencia de los estudiantes; 2) la información existente; y 3) la producción colectiva de nueva información. En efecto, “los nuevos entornos de enseñanza-aprendizaje exigen nuevos roles en los docentes y estudiantes. La perspectiva tradicional en educación superior, por ejemplo, del docente como única fuente de información y sabiduría y de los estudiantes como receptores pasivos debe dar paso a papeles bastante diferentes. La información y el conocimiento que se puede conseguir en las redes informáticas en la actualidad es ingente…(16)”.


Estos nuevos paradigmas exigen al docente actual acceder a nuevas herramientas (Literacy skills) informáticas e idiomáticas, y sobre todo, a crear nuevas estrategias para acceder a la información pertinente y oportuna, y para comunicarse –en redes- con otros docentes, y así trabajar en nuevos equipos digitales.

Por su parte, los estudiantes deberán dejar la pasividad tradicional y transformarse en un agente activo en la búsqueda de información; además deberán trabajar colectivamente en equipo intentando en todo momento: acceder a la información pertinente, administrar e interpretar la información, y sobre todo “crear” información.

Finalmente, sobre el tema de docentes y estudiantes desde la perspectiva informacional, habría que plantear la idea de aprendizaje en entornos virtuales, es decir, educación telemática, en donde los actores protagónicos están distantes y utilizan la red de Internet como herramienta de comunicación; desde esta perspectiva, la tradicional Lectio se disipa, ingresando a la arquitectura educativa cuotas más amplias de responsabilidad, autonomía y sobre todo de información pertinente.

Evaluación: Generalmente, los procesos de Evaluación educativa tradicionales se pueden definir, en términos generales, bajo las siguientes coordenadas: 1) sólo se evalúa al alumno; 2) la evaluación de centra en los resultados; 3) sólo se evalúan los efectos observables; 4) no se contextualiza la evaluación; 5) se evalúa para controlar; 6) se utiliza la evaluación como instrumento de poder; 7) se evalúa para preservar; y 8) no se propicia la evaluación honesta.

En este contexto y desde esta perspectiva, los procesos evaluativos se debaten entre una búsqueda obsesiva de confiabilidad y validez con metodologías que ostentan cierto cientificismo centradas en el instrumento (medición), pero dejando de lado factores fundamentales en torno al objeto de evaluación. Generalmente, las definiciones de evaluación apuntan y apuestan a tres vertientes: obtención de información (medición) + juicios de valor (contra un baremo) + toma de decisiones (asignar un código hermenéutico de nota) (Terri D. Tenbrink, María Antonia Casanova), aunque en la práctica lo que predomina es el cúmulo de información –muchas veces mal obtenida y mal medida- para elaborar juicios de valor subjetivizados y luego no tomar decisiones coherentes.

En nuestro espectro cultural evaluativo se manejan dos constantes que muchas veces se confunden: evaluación y medición; inclusive, dada la influencia estadounidense se comete un error gravísimo cuando se traduce el concepto Assesment cuyo significado es “Valuación”; y aquí es importante detenerse un poco, Measurament es medición, Assesment es valuación y Evaluation es evaluación; nuestro enfoque pedagógico exige centrarse en la “valuación” en los juicios de valor, lo cual es más amplio y considera otras variables menos visibles pero existentes circunscritas a la realidad a ser evaluada; generalmente medimos y sobre los datos estadísticos sacamos conclusiones, pero no tomamos en cuenta el entorno inmediato que determina a los alumnos o escuelas que se evalúan. Desde esta perspectiva, tenemos que romper con los cánones tradicionales centrados en la “nota”, la evaluación como proceso formativo y sumativo supera el establecimiento de un signo matemático; más bien, la evaluación es un proceso análogo al propio aprendizaje, y como tal debe considerar otras variables, tales como la madurez, la responsabilidad, la integridad, etc.. Ciertamente, es necesario valuar la calidad de información que se maneja y la calidad de información que se produce.

Didáctica y el entorno: La didáctica de la pedagogía informacional asume todos los recursos asociados a la información; entre ellos se destacan: Internet, medios de comunicación, libros, CD-ROM, y otros datos estadísticos y significativos que están en el entorno aportando algún indicio informacional; no obstante, no es novedoso que esto sea información, lo que sí cambia, es el lugar de estos referentes, ya que la pedagogía informacional exige que estos recursos ingresen al aula, y se tornen una plataforma para el proceso de enseñanza aprendizaje.

La información, desde el punto de vista didáctico, son los datos tangibles e intangibles que posibilitan nuevos conocimientos, o bien, la base sobre la cual se piensan, discuten, analizan y proponen ideas y proyectos. Dicho de otro modo, ya no basta que exista un libro de texto y un retroproyector de acetatos para desarrollar una clase, ahora se necesitan: a) los diversos partes noticiosos para discutir la problemática social, cultural, económica y política; b) los motores de búsqueda para acceder a información pertinente y a antecedentes sobre el tópico estudiado; c) el correo electrónico para comunicarse con más eficiencia; d) la creación de redes de trabajo para optimizar los grandes volúmenes de información; e) los espacios virtuales o digitales para registrar o discutir la información; y f) la creación de una nueva cultura académica sustentada en el aprendizaje permanente; entre otras formas o expresiones didácticas.

Internet e Investigación: Sin lugar a dudas, una de las principales tareas educativas es la investigación, o al menos el fomento de la investigación; desde los niveles básicos, pasando por el medio hasta el superior, la investigación como sinónimo de producción de conocimiento o de información es crucial. Generalmente se hace investigación bibliográfica, básica, aplicada, experimental, etnometodológica, estadística o de campo, y en cualquiera de los casos, siempre será necesario recurrir a fuentes de respaldo, bien sea para consolidar antecedentes, para fundamentar los problemas o para teorizar. Asimismo, tradicionalmente utilizamos como fuente de consulta las bibliotecas y por ende los libros. No obstante, en la actualidad, bajo el enfoque informacional, Internet nos abre nuevos espacios y horizontes insondables para acceder a más y mejor información.

Una de las herramientas más poderosas para la investigación, utilizando Internet, son los motores de búsqueda –browsers- los cuales son de cuatro tipos: lógicos o booleanos, de proximidad, de existencia y de exactitud; existen buscadores muy conocidos: Yahoo, Altavista, Metacrawler, Google, entre otros; también existen motores de búsqueda especializados o también llamados buscadores de buscadores, tales como: Guíame, Studyweb, Image Search, entre otros; y una categoría más, los multibuscadores, los cuales permiten búsqueda simultánea, tales como: Euroseek, All4one, Metacrawler, Savysearch, Metasearch, Alleurope, Copernic´99, Infoseek Express. Los motores de búsqueda, bien utilizados nos llevan a bases de datos, revistas, journals, bibliotecas, y un sinfín de sitios estratégicos que pueden nutrir la investigación del docente y del estudiante.

Para utilizar correctamente los motores de búsqueda como una estrategia informacional se debe planificar la búsqueda a través de una estrategia adecuada, estableciendo una agenda que responda, más o menos, a estas preguntas: ¿qué busco?, ¿cómo lo busco?, ¿dónde lo busco?, etc.; por ejemplo, cuando iniciamos una búsqueda temática, es prudente elaborar un listado de términos asociados; si utilizamos buscadores boléanos, podemos incorporar recursos estratégicos para mejorar la búsqueda, por ejemplo, aplicar “Y” para integrar dos variables, “NOT” para excluir variables, “OR” para ampliar, “+” para asociar, “*” para relacionar; también se puede utilizar la búsqueda por campos (Autor (AU=), Título (TI=), Revista (JN=), Año (YR<=since), Materia (SU=, Palabra Clave (KW=), Texto completo (*).

Acto educativo: El aforismo de que “no hay educación sin el comportamiento reflexivo” podría poner en discusión nuestro discurso, ya que en no pocas oportunidades se ha planteado el tema de la educación telemática, como expresión de lo informacional; en efecto, es imposible educar cuando no hay relación humana, no obstante la virtualidad –si bien no ofrece realidad, pero sí realismo- posibilita la relación en determinados espacios que permiten la creatividad y la innovación, dándole el respectivo constructivo protagonismo al estudiante; asimismo, la virtualidad de la información posibilita “asincronía” en el marco de relaciones comunicacionales personales y colectivas (al menos en la UOC, la plataforma informacional permite estas experiencias).

En la formación virtual el acto educativo debe estar asociado a un principio fundamental: nadie enseña, alguien puede aprender; y es que ciertamente, si el centro del modelo o protagonista debe ser el estudiante, más aun en la formación virtual, en donde casi todas las responsabilidades están delegadas al discente; sin lugar a dudas, este protagonista –el estudiante- y el escenario –la plataforma virtual- requerirán de una buena planificación para el aprendizaje, y de buenos materiales que faciliten y orienten el proceso.

Un medio educativo nuevo –como lo es Internet- requiere de estrategia nuevas, y entre ellas –pensando en el acto educativo- se encuentan una serie de círculos concéntricos al estudiante, entre las que se destacan: tutoría, materiales educativos digitales, bases de datos, bibliotecas, comunidades virtuales de aprendizaje (Rheingold), hasta llegar a otro horizontes más presenciales que permitan consolidar los procesos: las prácticas, las experiencias de trabajo o bien los encuentros casuales entre estudiantes y tutores no formales.

En síntesis, el acto educativo como voluntad conciente de educación de profesores y de estudiantes, sí encuentra en la red una arquitectura de espacios muy amplios para enarbolar una educación de calidad, ya que la red misma, bajo la acepción que se ha presentado, es el lugar fontanal de la informacionalidad, y a su vez, herramienta, vehículo y subtensión de posibilidades para la educación del futuro.


Conclusión

Sin lugar a dudas, desde los tres puntos de vista planteados, la conclusión apunta a señalar el significativo valor de una pedagogía informacional asociada al uso de las Nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (NTIC); pero más que un medio didáctico, las NTIC representan un nuevo escenario para comprender el fenómeno educativo, que implica una nueva cultura organizacional y pedagógica.

Las NTIC superan la visión reductiva de comprenderlas como un instrumento excepcional en la educación; poco a poco avanzan invadiendo la privacidad de los espacios educativos tradicionales, comenzándose a utilizar en las prácticas cotidiana del docente; así, el uso de correo electrónico, de los motores de búsqueda y de chat con fines educativos, ya se incorporan en la planificación didáctica tradicional, y en algunos sistemas se comienza a pensar en la educación digital –o virtual- como un medio de actualización y capacitación permanente, e inclusive como un medio de desarrollo académico profesional accediendo a grados y postgrados, revolucionando así la concepción pedagógica tradicional.

No obstante, ante la vertiginosa velocidad de los cambios educativos, y ante el avance de las NTIC, cada vez más se debe desarrollar el pensamiento educativo, es decir, definir las aristas de la pedagogía y de la didáctica en toda su comprensión; dicho de otro modo, re-pensar la pedagogía y la didáctica para la educación telemática, e intentar crear una pedagogía alternativa…una pedagogía informacional.

La cautela, ante las brechas y limitaciones, debe ser un paso previo fundamental; si bien el desarrollo de una sociedad informacional se percibe en el horizonte cercano, no se debe olvidar que detrás de la vorágine tecnológica y de desarrollo están las personas, y en este mundo de relaciones humanas, debe privar un marco axiológico sustentable; de hecho, es así como el carácter o talante de lo “pedagógico” humaniza lo “informacional”, y no se trata de una dicotomía, sino de una unidad sustantiva entre la persona y sus principales características taxonómicas; en efecto, cuando hablamos de racionalidad supone la intelección de la información, o bien, la interpretación, codificación, creación, reflexión y discusión sobre tópicos informacionales; la persona en esencia, tiene conciencia histórica debido a su capacidad de crear, conservar y manipular información; somos cada vez más seres informacionales…hoy por hoy, parafraseando a Descartes, podemos asentir: Me informo y luego existo; una persona aislada de lo informacional puede sobrevivir en las rutinas y oscilaciones de lo cotidiano, pero no puede dialogar con el devenir de la nueva sociedad que se está fraguando y emancipando sustentada en el conocimiento, el aprendizaje permanente y el desarrollo tecnológico.

Citas

(1) Investigador educativo, Director Académico de la UFG y alumno del programa de Doctorado UOC 2001-2003.

(2) Nota: Para profundizar sobre este tópico ver: A. Romiszowski; Web-Based Distance Learning and Teaching: Revolutionary Invention or Reaction to Necesary? En: B.Khan (ed) Web-Based Instruction. Educational Technology Publication (1997) Englawood Cliffs, CA; M.Moore- G. Kearsley; Fundamentals of Distance Education; Distance Education: A System View. Wandsworth Publisng Company Belmont CA. L. Harasin et al ; Network Learning: A paradigm for the twenty-first Century; Learning Networks. (1995) The MIT Press Cambridge MA. A. W. Bates; Technology and the Future of Education; Technology, Open Learning and Distance Education. (1995) Londres-New York Routledge.

(3) Cfr. Picardo Joao, Oscar; Espacios y Tiempos de la Educación; Ed. Servicios Educativos; San Salvador, 2001.

(4) Cfr. AaVv (coordinados por Isabel de Torres Ramírez); Las Fuentes de Información, Estudios teórico-prácticos; Ed. Síntesis; Madrid, 1999.

(5) Cfr. Grande, Bernanrdo; Informe Agora; Ciudad de Viladecans, proyecto APREMAT; San Salvador, 2000.

(6) Cfr. Cornella, Alfons; En la sociedad del conocimiento la riqueza está en las ideas; (1999) Curso de Doctorado UOC 2001-2003.

(7) Cfr. Montes Mendoza, Rosa; ¿Una Pedagogía Distinta?, cambios paradigmáticos en el proceso educativo; Cuadernos de Iberoamérica; Ed. OEI; Madrid, 2001.

(8) Cfr. Frade, Carlos; Estructura, dimensiones, facetas y dinámicas fundamentales de la sociedad global de la información; Curso de Doctorado UOC 2001-2003

(9) Cfr. Coderech-Guitert; ¿Cómo podemos aprender y enseñar con Internet?; lectura Curso Doctorado UOC 2001-2003.

(10) Cfr. Disponible [on line] www.clacso.edu.ar/~libros/urbano/souza.pdf (en: Repensando la experiencia urbana de América Latina: cuestiones, conceptos y valores pags.221-233).

(11) Ibid.

(12) Cfr. Freire, Paulo; Pedagogía del Oprimido; Ed. Siglo XXI; México 38ª edición; pag. 5

(13) Nota: Ver en Information Literacy in an information Society (ERIC Digest – ED372756): “Information Literacy is the ability to access, evaluate, and use information from a variety of sources. As students prepare for the 21st century, traditional instruction in reading, writing, and mathematics needs to be coupled with practice in communication, critical thinking, and problem solving skills. Disponible [on line] http://www.ed.gov/databases/ERIC_Digests/ed372756.html

(14) Cfr. UNESCO-Delors; La educación encierra un tesoro.

(15) Cfr. UNESCO-Morín; Los 7 saberes para la educación del futuro.

(16) Cfr. Adell, Jordi; Tendencias en educación en la sociedad de las tecnologías de la información; EDUTEC, Revista electrónica de tecnología educativa; Nº 7; Noviembre 1997; disponible [on line] www.ubi.es/depart/gte/revelec7.html

Bibliografía

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http://www.juntaex.es/consejerias/ect/congreso/


Fuente: PICARDO JOAO, Oscar (2002), artículo “Pedagogía Informacional: Enseñar a aprender en la Sociedad del Conocimiento”, Revista Iberoamericana de Ciencia, Tecnología, Sociedad e Innovación, Número 3 / Mayo - Agosto 2002, ISSN 1681-5645, editada por Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, disponible en la Web en:
http://www.oei.es/revistactsi/numero3/art04.htm

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